lunes, 30 de marzo de 2009

Gris Cemento

Buenos Aires 5 de noviembre. La humedad invade la ciudad gris cemento. El aire huele a smock que penetra por la nariz y atrofia todos los sentidos. La gente corre sin mirar a su alrededor. Yo estoy suspendida en el tiempo y el espacio. Miro pasar al gentío paranoico, egoísta, solitario. Yo me siento así también, en una ciudad infinita, peligrosa y cosmopolita, donde mi único aliado soy yo misma. La soledad me invade, el miedo me persigue y me pregunto ¿cuán lejos estoy de casa?

1 comentario:

Ignacio Badano dijo...

comparto la sensacion... buenos aires es asi... como una gran maquina, una nave espacial suspendida y siempre vibrante, ronroneante...