lunes, 23 de marzo de 2009

Al despertar

Al salir del trajín de la ciudad me quede exhausta sobretodo teniendo en cuenta mi trasnochada y aquella ingesta de alcohol.
Al despertar, lejos quedó el ruido, el gentío, el cemento. Por mi cuerpo circulaba la sorpresa y la admiración... Mis ojos estaban encantados ante tanta belleza. La cordillera y la nada. Me sentí pequeña, rodeada de la inmensa mole de arcilla y piedra, de las casitas de adobe y las nubes jugando con los cerros. En ese momento descubrí la belleza...

No hay comentarios: