El viento empuja
a las almas desahuciadas,
el alcohol arde
sobre heridas de amor.
El río trae
en su cause el olvido,
el reloj marca
el ocaso del sol.
La eternidad
dura un instante,
yo solo quiero ser
una canción de amor.
De la tierra nace
la fruta madura,
tus labios pronuncian
la mejor canción.
El fuego derrite
mi alma congelada,
tus manos acarician
aquella ilusión.
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